Cuando se trata de plátanos, hay una parte valiosa que a menudo descartamos sin darnos cuenta de su potencial para nuestros hogares. Esto es lo que nunca debes tirar.
Los plátanos, disponibles durante todo el año y apreciados por su contenido de potasio, se han asegurado un lugar permanente en nuestros hogares. Originarias de regiones tropicales, estas frutas se han convertido en un alimento básico en los hogares italianos, e incluso aparecen en bodegones debido a su forma distintiva.
Plátanos: por eso nunca debes tirarlo todo
Los plátanos vienen en varios tipos, incluidas las conocidas variedades amarillas y verdes, y los expertos recomiendan su consumo en una madurez media. También hay tipos menos comunes, como los plátanos de color azul claro, conocidos por su sabor a vainilla, aunque rara vez se encuentran en Italia. En los últimos tiempos han hecho acto de presencia los plátanos rojos, que ofrecen un sabor más dulce a un coste mayor.
A pesar de ser uno de los favoritos entre los niños, gracias a los personajes Minions de Mi Villano Favorito, muchos desconocen que tirar la cáscara de plátano significa desperdiciar algo valioso que se puede aprovechar en casa.
Un secreto poco conocido consiste en reutilizar la parte rígida al final del plátano que mantiene unidas todas las frutas. Después de pelar el plátano, deja secar esta parte cortando el tallo, abriéndolo y exponiendo las fibras del interior al sol durante unas horas.
El resultado es una colección de fibras de plátano que pueden servir como un excelente fertilizante para tus plantas cuando se colocan en la tierra dentro de la maceta. Estas fibras no sólo proporcionan humedad a las plantas sino que también imparten las propiedades intrínsecas contenidas en las fibras del plátano, fortaleciendo y vigorizando las plantas cuando entran en contacto con el agua y el suelo. Al adoptar este método, tus plantas prosperarán y se beneficiarán de las bondades naturales de las fibras del plátano.