El ajo en maceta es una forma muy interesante de cultivar esta verdura. Además, ¡este método no es tan difícil!
Cultivar ajo en macetas puede ser un poco complicado, ya que la planta tiene una temporada de crecimiento larga y requiere riego regular, pero es extremadamente rentable. Las variedades difíciles de encontrar también se pueden cultivar en macetas en el interior, lo que la convierte en una opción atractiva.
¿Cuándo y cómo plantar ajos en macetas?
En primer lugar, si quieres cultivar esta hortaliza en maceta, deberás hacerlo a principios de primavera, o alternativamente en otoño . Además, necesitarás hacer algunos preparativos antes de poder plantar los brotes en una maceta.
Preparación para brotes en crecimiento.
Empiece por elegir un recipiente lo suficientemente profundo . Busque modelos de al menos 21 cm de profundidad: el recipiente debe ser lo suficientemente profundo como para permitir que las raíces crezcan lo suficiente en el suelo , el tallo produzca hojas verdes y el bulbo crezca. Para asegurarse de que haya suficiente espacio para albergar todas las vainas que planea plantar, elija una maceta del tamaño y la profundidad adecuados.
Deje agujeros en el fondo de la olla para que pueda escurrir el exceso de agua. Si no hay base, tendrás que hacer algunas perforaciones. Es importante escurrir el exceso de agua para que los ajos no se estropeen.
Pon un poco de tierra en la maceta: habilita una zona libre de tierra para que el exceso de agua se escurra fácilmente y las vainas no se pudran. Encuentre buena tierra para macetas que contenga suficiente humedad para que crezca el ajo. Llena el jarrón hasta unos 6 cm de altura, o incluso un poco menos para dejar margen.
Antes de plantar ajo en la tierra, riega bien la tierra para que pueda echar raíces más fácilmente. Llena una regadera o un vaso con unos 200ml de agua y vierte suavemente sobre toda la tierra.
Planta tus brotes de ajo
Paso uno: busque bulbos de ajo en un invernadero o en línea antes de poder comenzar a cultivar. Luego deberás separar las vainas, pero asegúrate de dejar la piel. Separe manualmente el bulbo para que las vainas individuales sean visibles. Plante los ejemplares más grandes, ya que tienen mayores posibilidades de germinar. El cuero que rodea cada pieza las protegerá, así que no lo despegues.
Cava un hoyo cuya profundidad debe ser de unos 6 centímetros y con una distancia de unos diez centímetros. Use su dedo o una herramienta delgada para cavar un hoyo para cada verdura que desee plantar en una maceta. Asegúrese de que los agujeros sean lo suficientemente profundos y separados para permitir que las raíces crezcan libremente.
Lo único que tienes que hacer es plantar las vainas . Coloque un diente en cada hoyo con el borde plano hacia abajo y cúbralos con tierra para macetas. Agregue tierra para macetas de modo que cubra unos centímetros de brotes, pero no más.
Encuentre un lugar donde su contenedor reciba aproximadamente siete horas de luz solar por día . Una ventana soleada es ideal para un crecimiento vigoroso del ajo. Riegue la tierra con regularidad para que permanezca encima de las vainas y las vainas mismas retengan la humedad. Vierte lentamente el agua en el recipiente hasta que veas que sale agua por el agujero en el fondo.
Un toque de ajo tonifica, un exceso de ajo adormece.
Mantén tus brotes
Fertilice sus brotes con regularidad (una vez cada tres semanas es suficiente) para promover un buen crecimiento. La tierra debe permanecer ligeramente húmeda, pero no pegajosa.
La frecuencia de riego depende principalmente de la temperatura ambiente, la radiación solar y la humedad . Riega los tallos de ajo con regularidad, pero ten cuidado de no regarlos en exceso. Vierta agua en la tierra para macetas hasta que comience a filtrarse por los orificios de drenaje en el fondo de la maceta.
Presta atención a la presencia de insectos y roedores que atacan a las plantas. Los ratones se sienten atraídos por el olor del ajo e incluso pueden mordisquear brotes verdes y plantas lagrimales. Examínelos en busca de marcas de dientes.
Los insectos más pequeños, como los pulgones y las polillas, también se sienten atraídos por las plantas y pueden matarlas. Retíralos en cuanto los veas, preferiblemente utilizando soluciones naturales para no dañar los brotes jóvenes.
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