El compost para huertos y jardines es un apoyo para la floración de nuestro verdor y poder disfrutar de una cosecha abundante.
Hay varias formulaciones en el mercado, pero en un período como este, que es complejo desde el punto de vista económico, cualquier gasto innecesario es difícil de soportar. No solo eso, con el reciclaje, podemos contener la contaminación y los residuos.
La combinación de estos dos factores nos lleva, entonces, a un razonamiento evidente: podemos crear, con bricolaje, el fertilizante perfecto para nuestras plantas, pero con algunas precauciones.
El compost es un fenómeno que se produce cíclicamente en la naturaleza: las primeras capas del suelo contienen hojas y otros elementos orgánicos que forman una cubierta vegetal. Con el tiempo, esta capa se descompone gracias a la intervención de microorganismos y mohos y libera sustancias en el suelo que son útiles para nutrir las plantas, fertilizar. En casa tenemos todas las sobras y restos que necesitamos para recrearlo, ¡ahorrando dinero!
¡A continuación te explicamos cómo hacerlo!
Compost para huerto y huerto de bricolaje
Nosotros también, de primera mano, podemos recrear este fertilizante a partir de ingredientes de desecho en la cocina: cáscaras de papa, zanahorias, apio, ramitas, posos de café, té, infusiones, pan seco o restos de poda se pueden colocar o enterrar alrededor de las raíces, pero primero deben transformarse en fertilizantes. Por otro lado, evitamos las cáscaras de cítricos, las cáscaras de huevo y las cenizas, el papel impreso o los pañuelos.
Antes de continuar, píquelos o píquelos en partes iguales: las hojas y el pan seco, por ejemplo, deben mezclarse con las sobras de verduras, que están bastante húmedas para mantener el equilibrio adecuado entre las funciones escurrentes y humectantes.
Ahora colocamos todo en un contenedor y lo dejamos reposar durante al menos 6 meses, este es el tiempo aproximado durante el cual el compost se convierte en fertilizante. Asegúrese de que la tapa permanezca cerrada y colóquela en un lugar seco que no esté expuesta a la luz solar directa.
Verifique con frecuencia que no se forme un líquido viscoso y, si es necesario, séquelo frotándolo con toallas de papel. Si huele mal, entonces es una señal de que nuestra mezcla no está bien equilibrada. Añadimos una parte seca de virutas de corcho para que se absorba. Vigilamos que nuestro compost no atraiga a nuestras mascotas ni se convierta en un hábitat natural para plagas y jejenes, frustrando así nuestras intenciones.
Pasado el tiempo necesario para la transformación de compost a abono, agréguelo al suelo mezclando 2 partes de tierra común con 1 parte de abono casero.
¡Nuestras plantas y nuestro huerto serán tan exuberantes que serán la envidia de los vecinos!