Lavar el piso es una cosa, limpiar y blanquear las juntas es otra! Lo has notado muy bien, por supuesto. Si la superficie es brillante, el negro sedimentado entre las juntas de las baldosas es mucho más difícil de eliminar. Y no es nada divertido, ¡seamos sinceros!
Sin embargo, con el peróxido de hidrógeno, incluso este pequeño trabajo parecerá más ligero, ciertamente más rápido y duradero. Usa el de 10 volúmenes. Su poder desengrasante es conocido por la mayoría y es capaz de borrar no solo las manchas más incrustadas, sino también el moho.
Pruébalo en los rincones más discretos antes de empezar para no dañar las superficies.
¿Curioso? ¡Empezar!
Blanquear rápidamente las articulaciones con peróxido de hidrógeno
Para blanquear las articulaciones, simplemente vierta peróxido de hidrógeno en un vaso pequeño, sumerja un cepillo de dientes de cerdas suaves y frote. Para un rendimiento más fuerte, puede crear una mezcla a base de 2 cucharadas de bicarbonato de sodio y peróxido de hidrógeno para obtener una especie de pasta, que siempre se debe pasar con el cepillo de dientes. Enjuague y se limpiarán las juntas.
¡Pero este no es el único método posible! El vinagre también puede servir para este propósito. Sumerge un espolón o un paño en el líquido y frota las articulaciones. Si quieres hacer una sola pasada, siempre puedes verter 1 cucharada de vinagre en el cubo de agua tibia y utilizar esta solución para lavar el suelo.
Del mismo modo, el jabón de Marsella y el bicarbonato de sodio son una combinación ganadora. Disuelve el jabón al baño maría, luego usa una cucharadita mezclada con la misma cantidad de bicarbonato de sodio. Cuando la mezcla esté espesa y con cuerpo, úsela pura para juntas o diluida en un balde de agua para hacer una sola toallita en el piso.
Se puede hacer un argumento similar para el jabón amarillo: una bola extendida en el cepillo de dientes es suficiente para eliminar el moho y la suciedad entre las baldosas.
¡Y no puede faltar el zumo de limón que además de limpiar, perfumará la casa! El proceso es siempre el mismo: con un cepillo de dientes para limpiar las juntas, en el cubo para pulir todo el suelo.
¡Simple, cierto!