La lavadora es uno de los electrodomésticos más útiles capaces de facilitar las tareas del hogar, especialmente cuando hay que lavar edredones y edredones que al mojarse se vuelven más pesados. Sin embargo, con cada ciclo de lavado se acumulan residuos de suciedad que pueden dañar la ropa y comprometer el funcionamiento de la lavadora.
Una correcta limpieza y mantenimiento son fundamentales para prolongar la vida útil de tu lavadora. Durante la limpieza se eliminan la suciedad y los residuos de detergente que crean una especie de fina película que atrapa las bacterias, creando un ambiente perfecto para la formación de malos olores.
Las bacterias y el moho que se forman en el filtro y junta de la lavadora son resistentes al calor y a los detergentes agresivos, y acaban obstruyendo los mecanismos internos de la lavadora o adhiriéndose a la ropa dañándola.
Limpiar la lavadora con vinagre blanco.
El vinagre blanco desinfecta en profundidad y su acidez ayuda a eliminar los residuos de suciedad. Además, ayuda a desodorizar toda la lavadora.
Llena la lavadora con agua caliente, añade 750ml de vinagre blanco y haz un lavado corto. Una vez completado el ciclo de lavado, agrega 150 gramos de bicarbonato de sodio y realiza otro.
Una vez completado, deje la puerta de la lavadora abierta para permitir que se seque completamente. Repita una vez al mes.
Limpiar la junta de la lavadora con limón y peróxido de hidrógeno.
Una de las partes de la lavadora más propensa a la acumulación de moho y malos olores es la junta de goma, debido a la gran cantidad de humedad.
Después de ponerse los guantes, vierta en un recipiente 100 ml de zumo de limón, 250 ml de agua oxigenada y 3 litros de agua y mezcle bien.
Con una esponja aplica el desinfectante ecológico que acabas de preparar y frota bien asegurándote de eliminar todos los residuos y suciedad. Finalmente secar bien.
Ahora que ya sabes cómo limpiar la lavadora a fondo, estamos seguros de que tu ropa quedará más limpia, sin pelusas y con mucho aroma .