Además de su lado oriental y estético, el jardín japonés encarna orden, calma, serenidad y equilibrio. Es un espacio ideal para recargar pilas, reunirse y meditar. Sobre todo, no debe confundirse con el jardín zen.
Existen diferentes tipos de jardines japoneses. Los más conocidos son el jardín Sukiyama donde todo está en miniatura, el jardín Karesansui que representa el jardín seco y el jardín Chaniwa también conocido como jardín del té porque es inseparable de la ceremonia del té para la que actúa como escenografía.
Antes de empezar a crear tu propio jardín japonés, es fundamental conocer algunas reglas que hay que respetar, en particular las especies de plantas que se van a instalar. También necesitas saber cómo diseñarlo. A continuación te presentamos los puntos clave que debes conocer para imaginar y desarrollar con éxito un jardín japonés.
Los fundamentos del jardín japonés
Los pilares fundamentales de un jardín japonés son la armonía, el refinamiento y la perfección del paisaje que ofrece.
Lejos del desorden y la simetría, este espacio está diseñado como una obra de arte discreta pero distinta. Para desarrollar adecuadamente un jardín de este tipo, primero debes empezar por fijarte en el lugar que has elegido para instalarlo. Es necesario planificar la ubicación de este espacio donde colocarás cada elemento manteniendo la armonía con lo que se establece naturalmente y creando otra escala paisajística. En un jardín japonés lo más importante es la organización de los sólidos, los vacíos y también los aspectos y ecos a percibir. La perspectiva se imagina centralizada y las líneas rectas están prohibidas. Además, el efecto sorpresa adquiere todo su alcance.
Tenemos la impresión de que siempre hay algo que descubrir cuando visitamos un jardín japonés.
También existe la sensación de espacio abierto e ilimitado a considerar en el diseño de jardines. Por lo tanto, las vallas deben camuflarse, por ejemplo con setos de bambú. Por último, el jardín japonés se organiza en números impares. De hecho, los japoneses los consideran positivos y prometedores. Los elementos de estos jardines –piedras, rocas, árboles…– siguen números impares.
Diseñar un jardín japonés requiere reflexión y observación para adaptarlo bien al lugar donde hayas decidido instalarlo. Elegir un lugar espacioso te lo pondrá más fácil. Si esto no es posible, entonces será mejor plantearse un plan preciso para estudiarlo todo y no descuidar ningún detalle.
Los componentes de un jardín japonés.
Las piedras, especialmente las “Ishi” (piedras que han sido afectadas por el tiempo) o los trampolines (guijarros), son elementos de gran importancia en un jardín de este tipo, simbolizando la longevidad, el tiempo y el anclaje. Se utilizan para crear relieves, caminos, montículos, recordar la aparición de una fuente de agua o para esculpir los bordes de cuencas o instalar caminos.
El agua es un elemento que imprescindiblemente debe estar presente en el jardín japonés.
Ella encarna la pureza y la vida. Depende de tu espacio pero también de tus medios. Desde bonitos arroyos hasta un lago artificial atravesado por un puente, pasando por un estanque o una fuente, las posibilidades son numerosas.
Las plantas son el corazón del paisaje. Se debe prestar atención a la naturaleza de la vegetación planificada.
No todas las especies son adecuadas para este estilo de jardín. Es recomendable elegir plantas de hoja perenne, coloridas y de tamaño mediano o pequeño.
Puedes optar por robles, pinos, hayas, arces, almendros, sófora, cedros o incluso sauces llorones. Por supuesto, el bambú tiene su lugar en el jardín japonés y ofrece varias ventajas (material para hacer fuentes, camuflaje para vallas, etc.).
Los arbustos animan bien los jardines japoneses. Se utilizan para representar ciertos volúmenes como colinas o montañas. Es necesario elegir especies de crecimiento lento, como el rododendro, la magnolia estrella, las camelias o la andrómeda japonesa.
El tamaño de las plantas es fundamental en un jardín japonés, para controlar su expansión, darles la forma deseada y sublimarlas (ejemplo: bonsái).
Musgos para ti porque el césped distorsiona el paisaje de un jardín japonés. Por último, se tiene en cuenta la elección de las estaciones. Necesitas saber cómo marcarlos.
La decoración también es un elemento imprescindible en el jardín japonés. Está garantizado por la iluminación y los accesorios (farolillos por ejemplo o un timbre, una mesita y cojines). Animan el espacio y lo iluminan. Sin embargo, debe ser sencillo porque la sobriedad es uno de los principios fundamentales de los jardines japoneses.
La planificación del espacio
El jardín japonés debe instalarse en un lugar con sombra o sombra parcial. También es necesario elegir un lugar que pueda ofrecer la máxima privacidad. De hecho, no debemos olvidar que este jardín es un lugar de meditación y tranquilidad. Delimitar el jardín con plantas adaptadas te permitirá reforzar esta intimidad. Incluso los ritmos impares deben tenerse en cuenta. Las plantas y rocas presentes deben ser 3, 5, 7… En cuanto a las pasarelas peatonales, su desarrollo con Ishi o escalones japoneses se produce simplemente por deposición sobre un lecho de grava.