Una vez que se come, esta es una fruta que puede reciclar fácilmente en una planta de interior si tiene un poco de paciencia. Dependiendo de las condiciones de crecimiento, no todas las piñas replantadas necesariamente darán frutos. ¡Pero vale la pena probar solo el estilo exótico de su mechón verde!
En el agua o en el suelo, dos escuelas
Una vez probado, lo mejor es liberar la corona de hojas de la pulpa restante. O girar esta corona directamente sobre sí misma para despegarla de la fruta, y luego… ¡al gusto! Algunos jardineros también aconsejan quitar la primera fila de hojas para facilitar la ramificación.
Por lo tanto, se pueden aplicar dos métodos.
- La primera, la más rápida, es colocar la corona de piña en un vaso de agua. Una vez que se hayan formado las raíces en la base del “tronco”, será posible plantarlo directamente en el suelo.
- En cambio, los más pacientes pueden optar por colocar la parte superior de la piña directamente (aún sin pulpa) en un suelo previamente humedecido.
En ambos casos, es recomendable cortar ligeramente las puntas de las hojas para no cansar indebidamente a la planta durante la recuperación. Este método, que se puede aplicar a un gran número de esquejes, le permitirá tener menos superficie para sudar por la noche.
Medio de cultivo y riego
La piña es una planta de la familia de las bromelias . Requiere humedad constante, pero sobre todo mucha luz. En verano, no dudes en poner la planta en el exterior, incluso a pleno sol. No olvides regarla regularmente porque la falta de agua seguramente retrasará su crecimiento, que ya es muy largo.
En un ambiente tropical, la planta necesita un ciclo de 18 meses para alcanzar la fructificación. En nuestro hemisferio, este tiempo será significativamente más largo. ¡Especialmente porque ni siquiera es seguro que al final podamos cosechar una fruta!
Sin embargo, si se cumplen todas las condiciones óptimas, es decir, una temperatura interior media de 18°C, luz intensa y riegos frecuentes, se puede formar un fruto delicado en la parte superior de la hojarasca. Seguramente será más pequeño que los que se encuentran en el mercado, pero en cuanto empiece a tener un color amarillo dorado y que al tacto parezca más flexible, podemos decir que estará listo para ser degustado.
Después de la cosecha, la planta se secará por completo para dejar espacio para otro nuevo crecimiento. ¡Sin embargo, esta felicidad de la “piña casera” puede retrasarse fácilmente cuatro o cinco años! ¡Sé paciente!
un último consejo
A la hora de comprar piña, será interesante poder conseguir una fruta procedente de cultivo ecológico para aumentar las posibilidades de tener una planta sana. Pero, sobre todo, será fundamental comprobar que el centro del “plumero” de la piña no haya sido arrancado o incluso quemado antes de la exportación. De hecho, se pueden encontrar en el comercio tradicional piñas “quemadas” para que la mata de vegetación no intente extraer energía de la fruta para regenerarse. De esta manera, los productores están seguros de garantizar al gourmet una fruta sabrosa… ¡mientras privan a los jardineros de una nueva experiencia!