La sandía es una de las frutas favoritas del verano: sabrosa, hidratante y refrescante, está compuesta principalmente por agua y ofrece numerosos beneficios para la salud.
Casi siempre se desechan las semillas de sandía, que en realidad son una de las partes más interesantes de la fruta. Las semillas de sandía son bajas en calorías y ricas en nutrientes y se pueden comer de muchas formas diferentes.
Las semillas de sandía tostadas son sencillas de preparar. Simplemente calienta el horno a 160°C, coloca las semillas en una bandeja para horno y cocínalas durante unos 15 minutos. Las semillas quedarán doradas y crujientes.
Para darles sabor puedes condimentarlos con aceite de oliva y sal o, para preparaciones dulces, espolvorear un poco de canela o azúcar glass.
Las semillas de sandía tostadas son particularmente ricas en magnesio y hierro, pero también son una excelente fuente de grasas saludables (monoinsaturadas y poliinsaturadas) y muchos otros nutrientes.