Para crecer bien y florecer, las plantas necesitan nutrientes, luz, pero también agua. De hecho, no se debe pasar por alto el riego cuando se cultivan plantas, tanto en interior como en exterior. Esto es lo que permite que las plantas no se marchiten y mantengan su follaje verde y vigoroso. Aprenda el truco de un experto en plantas de interior del Reino Unido para regar las plantas con éxito.
Para tener unas plantas bonitas es importante saber cómo proceder y cuánta agua necesitan.
¿Cómo saber si las plantas de interior necesitan riego?
Para saber si tu planta necesita agua o no, debes basarte en dos indicadores: el suelo y el aspecto de las plantas.
- La tierra: mete el dedo en la tierra para ver si está seca en el fondo o si todavía está húmeda. Riega tu planta si el suelo está seco a más de 4 pulgadas de profundidad. Sin embargo, si está húmedo, o incluso empapado, es muy posible encontrar rastros de moho, tanto en el suelo como en las raíces de la planta.
- El aspecto de las plantas: Si las plantas sufren de falta de agua, su follaje comienza a amarillear gradualmente y el borde de las hojas se vuelve marrón y seco. Además de esto, la planta comienza a marchitarse y a perder brotes y hojas.
¿Cómo regar correctamente las plantas de interior?
Según Alex Young, experto de la Royal Horticultural Society, una organización benéfica de jardinería del Reino Unido, las plantas de interior tienen diferentes necesidades de agua. De hecho, los cactus y las suculentas necesitan una pequeña cantidad de agua. Además, estas plantas toleran bien los climas áridos y secos, debido a sus hojas gruesas y carnosas que retienen el agua. Por otro lado, las plantas que tienen follaje, normalmente fino, necesitan un riego regular. Tenga en cuenta que esto también se aplica a las plantas que tienen capullos o flores, o que crecen en macetas más pequeñas.
Cuando se trata de regar las plantas de interior, este experto distingue dos métodos. La primera, que es la más habitual, consiste en utilizar una regadera. Sin embargo, Alex aconseja tener cuidado de regar la tierra y no las hojas. Para evitar que el agua se escurra por los orificios de drenaje de la maceta sin hidratar las raíces, puedes colocar tu planta sobre una bandeja de goteo. De esta forma podrá absorber suficiente agua sin que se escape por los agujeros. Por otro lado, no dejes tu planta en la bandeja por mucho tiempo, para evitar un exceso de riego que podría provocar que las raíces se pudran. Además, cuando riegas abundantemente tu planta, las hojas se vuelven suaves, rizadas y amarillas. En cuanto a las raíces, se pudren y se vuelven marrones y blandas.
El segundo método para regar las plantas es sumergir la maceta en un recipiente con agua. De este modo, el agua se filtra a través de los agujeros de la maceta. Retire la planta de la tina cuando dejen de formarse burbujas en el suelo. Tenga en cuenta que este método de riego no es adecuado para todas las plantas. Corresponde principalmente a plantas cuyo follaje es velloso o ceroso, a plantas cuyo suelo es muy seco o cuyas hojas o flores no se pueden humedecer.
Por último, sea cual sea la forma en que riegues tus plantas, asegúrate siempre de eliminar el agua estancada en el platillo o macetero, para evitar que las raíces se asfixien o se pudran.
Si la cantidad de agua que necesita cada planta depende de su tipo, suculenta o no, el suministro de agua también depende, según este experto, de las estaciones. De hecho, las plantas requieren una gran cantidad de agua durante su periodo de crecimiento vegetativo, es decir, desde la primavera hasta finales del verano. Por otro lado, conviene reducir los riegos en invierno, ya que la mayoría de las plantas entran en estado de letargo. Si tomamos el ejemplo de las suculentas, si durante su periodo de crecimiento hay que regarlas cada 10 o 14 días, entre otoño e invierno sigue siendo suficiente con regar una vez al mes.
¿Cuáles son algunos consejos para regar con éxito las plantas de interior?
Para tener éxito al regar tus plantas, es importante prestar atención al agua que utilizas. Esta debe estar a temperatura ambiente, ni demasiado fría ni demasiado caliente, para no crear un choque térmico a la planta y dañar su sistema radicular. También asegúrese de utilizar agua que no sea caliza. Para ello, recuerda recoger agua de lluvia, o simplemente dejar reposar el agua dura del grifo en la regadera durante unos minutos, para darle tiempo a la caliza a asentarse en el fondo.
Mientras riegas tus plantas, también considera rociar plantas amantes de la humedad, como orquídeas o ficus. Además de hidratar las plantas, la nebulización puede desempolvar el follaje y eliminar algunas plagas y plagas.
Con estos consejos conseguirás regar tus plantas con éxito y evitar que se marchiten.