La raíz de apio, también conocida como raíz de apio, es un tubérculo que a menudo se ve eclipsado por su abundante follaje, pero no tiene rival en sabor y versatilidad. Debajo de su exterior áspero y retorcido se encuentra una pulpa blanca y firme que ofrece una mezcla sutil y terrosa de apio y perejil con un toque de nuez. Este sabor único hace que la raíz de apio sea un ingrediente popular en sopas, guisos, platos en puré y ensaladas, realzando las recetas con su distintivo perfil de sabor. Además, el apio nabo es famoso por sus beneficios nutricionales, incluida su riqueza en vitaminas B6, C, K y minerales esenciales como fósforo, hierro y manganeso.
Cultivar raíz de apio en casa es un esfuerzo gratificante que permite a los jardineros explorar la profundidad del potencial culinario de esta verdura. Ya sea que esté en el jardín o en un recipiente, la raíz de apio agrega diversidad a su colección de productos de cosecha propia. La siguiente guía lo guiará a través del proceso de cultivo de apio nabo en macetas, asegurando que incluso aquellos con espacio limitado puedan disfrutar de la cosecha.
Cultivo de apio nabo en macetas: guía paso a paso
- Elegir el recipiente adecuado: opte por un recipiente profundo, de al menos 12 pulgadas de profundidad, para dar cabida al crecimiento de las raíces de apio. Asegúrese de que el recipiente tenga orificios de drenaje adecuados para evitar el encharcamiento, lo que puede provocar la pudrición de las raíces.
- Semillas iniciales: Comience sembrando semillas de apio en el interior aproximadamente de 10 a 12 semanas antes de la fecha de la última helada. Utilice una mezcla inicial de semillas de alta calidad y plante las semillas a 1/4 de pulgada de profundidad en bandejas o macetas. Mantenga la tierra húmeda y proporcione abundante luz, ya sea desde una ventana soleada o desde luces de cultivo, para fomentar un crecimiento vigoroso de las plantas.
- Trasplante: Una vez que las plantas han crecido y ha pasado el riesgo de heladas, llega el momento de trasladarlas a sus contenedores. Endurezca las plantas exponiéndolas gradualmente a las condiciones exteriores durante una semana. Este proceso reduce el impacto del trasplante y aclimata las plantas a su nuevo entorno.
- Suelo y fertilización: llene su recipiente con una mezcla de tierra para macetas rica y con buen drenaje. El apio nabo prospera en suelos con un pH entre 5,8 y 6,8. Incorpore un fertilizante equilibrado de liberación lenta a la mezcla antes de plantar para favorecer el crecimiento inicial.
- Plantación: Separe las plantas de apio a unas 12 pulgadas de distancia en el recipiente. Este espacio le da a cada planta suficiente espacio para crecer y evita el hacinamiento.
- Riego y cuidado: Mantenga la humedad constante del suelo, ya que las raíces de apio son propensas a secarse. Sin embargo, evite regar en exceso. Una capa de mantillo puede ayudar a retener la humedad del suelo y regular la temperatura. Durante la temporada de crecimiento, alimente las plantas con un fertilizante líquido cada cuatro semanas para asegurarse de que reciban todos los nutrientes necesarios.
- Cosecha: El apio nabo está listo para cosechar entre 14 y 16 semanas después de la siembra, cuando las raíces alcanzan entre 3 y 5 pulgadas de diámetro. El sabor de la raíz de apio mejora después de una ligera helada, lo que hace que las cosechas tardías sean especialmente gratificantes. Retire con cuidado la raíz del recipiente, teniendo cuidado de no dañarla.
- Almacenamiento: Después de la cosecha, pode el follaje y las raíces y guarde la raíz de apio en un lugar fresco y húmedo. Si se almacena adecuadamente, la raíz de apio puede durar varios meses, lo que le proporciona un suministro duradero de esta sabrosa verdura.