Cultivar un almendro a partir de semillas en casa puede ser una experiencia gratificante y agradable. Es importante tener en cuenta, sin embargo, que los almendros cultivados a partir de semillas pueden no producir la misma calidad de almendras que los árboles cultivados comercialmente. Aún así, es una excelente manera de aprender sobre la propagación de plantas y tener un árbol único en su jardín. Aquí hay una guía detallada sobre cómo cultivar un almendro a partir de semillas:
Materiales necesitados:
- Semillas de almendras (obtenidas de almendras compradas en tiendas)
- una servilleta de papel
- Una bolsa de plástico con cierre o un recipiente hermético.
- Una maceta o recipiente pequeño con orificios de drenaje.
- Tierra para macetas con buen drenaje
- Una ubicación permanente más grande con suelo con buen drenaje y buena exposición al sol.
- Fertilizante (de liberación lenta, equilibrado u orgánico)
Guía paso por paso:
- Obtención de semillas de almendras: comience comprando almendras crudas en la tienda. También puedes utilizar almendras de tu cocina, pero asegúrate de que no hayan sido tostadas ni saladas.
- Extracción de semillas: Retire las almendras de su cáscara partiéndolas con cuidado.
- Selección de semillas: elija las almendras más regordetas y saludables para plantar. Es menos probable que las semillas dañadas o descoloridas germinen con éxito.
- Remojar las semillas: Coloca las almendras seleccionadas en un recipiente con agua caliente y déjalas en remojo durante 12 a 24 horas. Esto suaviza la cáscara de la semilla y facilita la germinación.
- Germinación en una toalla: Tome una toalla de papel húmeda y colóquela sobre una superficie limpia. Coloca las almendras remojadas sobre la toalla y dóblala para cubrirlas. Coloque la toalla con las semillas en una bolsa de plástico con cierre o en un recipiente hermético para crear un efecto de mini invernadero. Guarde la bolsa/recipiente en un lugar cálido y oscuro durante aproximadamente 5 a 7 días. Verifique diariamente si hay signos de germinación.
- Controle la germinación: Después de unos días, debería ver que las semillas comienzan a germinar. Una vez que las raíces miden entre 1 y 2 pulgadas de largo y se ve un pequeño brote, están listas para plantar.
- Plantar en una maceta: llene una maceta o recipiente pequeño con tierra para macetas con buen drenaje. Cree un agujero en el centro de la tierra lo suficientemente profundo como para acomodar el brote sin doblar la raíz principal. Coloque con cuidado el brote de almendra germinado en el agujero, asegurándose de que esté por encima del suelo. Riegue bien la tierra, pero evite regar en exceso, ya que los almendros son susceptibles a la pudrición de las raíces.
- Proporcionar condiciones óptimas: Coloque la maceta en un lugar soleado. Los almendros requieren una exposición total a la luz solar para crecer bien. Mantenga la tierra constantemente húmeda pero no empapada. Deje que la pulgada superior de tierra se seque entre riegos. Mantenga una temperatura entre 15°C y 24°C para un crecimiento óptimo.
- Trasplante a una ubicación permanente: cuando su almendro alcance un tamaño manejable (alrededor de 12 a 18 pulgadas de alto), estará listo para ser trasplantado a una ubicación permanente al aire libre. Elija un lugar con suelo bien drenado y buena exposición a la luz solar. Separe los almendros al menos a 20 pies de distancia, ya que pueden crecer bastante.
- Fertilizar y podar: Fertilice su almendro con un fertilizante equilibrado en primavera. Poda tu almendro en invierno para darle forma y eliminar ramas muertas o enfermas.
- Paciencia y cuidado: Los almendros tardan varios años en empezar a producir almendras. Sea paciente y continúe cuidando su árbol regándolo, fertilizándolo y podándolo regularmente.
Cultivar un almendro a partir de semillas puede ser un proyecto divertido y educativo. Tenga en cuenta que su árbol puede tardar varios años en producir almendras y que la calidad de las almendras puede diferir de la de los huertos comerciales. Sin embargo, tendrás en tu jardín un árbol único que podrás apreciar por su belleza y la satisfacción de haberlo cultivado a partir de una semilla.