¡Cultivo tomates con el truco que me enseñó mi abuelo! Cosecha generosa

¡Consigo abundantes cosechas de tomates utilizando el ingenioso método heredado de mi abuelo!

Los tomates son un ingrediente fundamental en la dieta mediterránea. Por lo tanto, tener a mano una oferta abundante, fresca y orgánica sería un placer. Cultivarlos no es demasiado complicado. Ya sea en un parterre del jardín, en un rincón del jardín o incluso en macetas, ofrecen una inmensa satisfacción, siempre que se sigan ciertas pautas y una técnica particular que garantice un rendimiento abundante.

Entonces, ¿por qué esperar más? ¡Domina el oficio y sumérgete!

Cómo cultivar tomates para obtener una cosecha generosa:

Comience seleccionando la variedad de tomate que se adapte a sus preferencias gustativas, ya sea bistec, cherry, ensalada u otros.

Prepare tierra suelta, bien drenada y enriquecida con materia orgánica. Opte por un fertilizante granular de liberación lenta y busque un lugar que reciba al menos seis horas de luz solar al día.

Siembra las semillas entre marzo y mayo, la época óptima. Si el clima sigue siendo frío, utilice contenedores y manténgalos adentro. Una vez que las plántulas broten con al menos cuatro hojas verdaderas, trasplántalas, asegurándote de que estén espaciadas al menos a medio metro entre sí.

Proporcione un amplio espacio para que las raíces crezcan profundamente, comenzando desde el propio tallo. Retire las hojas inferiores, cave un hoyo, plante la plántula y cúbrala con tierra. Este paso asegura un fuerte establecimiento de raíces y una cosecha abundante. Luego, riega generosamente.

Considere complementar con un abono líquido que contenga potasio, fósforo y nitrógeno, o prepare el suyo propio con ceniza de chimenea y ortiga seca, rica en minerales que favorecen el desarrollo de la fruta.

Proteger los tomates de las plagas:

Para protegerse de las enfermedades y promover un crecimiento próspero, rote los cultivos anualmente y trasplántelos a un suelo fresco, expuesto al sol y bien fertilizado.

En el caso de pulgones, cochinillas u otras plagas que amenacen su supervivencia, utilice un insecticida potente pero natural. El jabón de Marsella, un remedio tradicional y empíricamente probado, es una excelente opción. Rallar al menos 50 gramos, disolverlo en agua hirviendo, dejar enfriar, transferir a una botella con atomizador y aplicar sobre las hojas, tallos y tronco después del atardecer. En unos días, tus tomates estarán a salvo de futuros ataques.

Este remedio también puede tener fines preventivos sin dañar las plantas ni el medio ambiente.

¡Feliz jardinería!