La clave para mantener un jardín saludable reside en un único ingrediente secreto y, lo mejor, es que es gratis. Exploremos qué es este ingrediente.
Ya sea que tenga un jardín o un pequeño huerto, la máxima satisfacción proviene de presenciar su exuberante crecimiento. Si bien muchos recurren a fertilizantes ya preparados disponibles en el mercado, no todos saben que es posible crear un fertilizante a base de nitrógeno en casa, utilizando un ingrediente fácilmente disponible en la naturaleza. Profundicemos en cómo.
Consejos para un jardín saludable:
Garantizar un hermoso jardín requiere una cuidadosa planificación y cuidado, convirtiéndolo en una actividad agradable y satisfactoria. El paso inicial implica una planificación cuidadosa del diseño del jardín, considerando factores como la exposición a la luz solar, el tamaño del jardín y las necesidades de mantenimiento. Una vez establecida la organización, la selección de plantas adecuadas al clima y la preparación del suelo es crucial.
El cuidado básico incluye riego regular, luz solar adecuada, control de malezas y plagas y un chequeo semanal del jardín. Igualmente importante es mantener un suelo bien nutrido. Un nutriente fundamental para este fin es el nitrógeno, y una fuente gratuita y de fácil acceso en la naturaleza es la mala hierba común: la ortiga.
Ortigas como fertilizante natural:
Las ortigas, consideradas malezas de rápido crecimiento, resultan ser excelentes aliadas para crear un fertilizante a base de nitrógeno. Las ortigas, que se encuentran en todo el mundo, son ricas en vitaminas, minerales, antioxidantes, proteínas, fibra, ácidos grasos esenciales, hierro, calcio, fósforo, magnesio, potasio, vitaminas B, vitaminas A, C, E y K. Debido a estas propiedades, no sólo se utilizan en infusiones y suplementos de hierbas, sino que también son un fertilizante eficaz para el jardín.
El fertilizante a base de ortiga enriquece la fertilidad del suelo, mejora la salud de las plantas y proporciona una variedad de nutrientes esenciales como potasio, calcio, fósforo, magnesio y nitrógeno. Ayuda a alimentar las plantas, mejorar la estructura del suelo, reducir la infestación de plagas, prevenir enfermedades y mejorar la resistencia de las plantas al frío y la sequía.
Preparación de fertilizante a base de ortiga:
Para crear un excelente fertilizante, comience por cosechar ortigas y use guantes para evitar picaduras. Picar las hojas en trozos pequeños para facilitar el proceso de fermentación. Coloca las ortigas en un balde y agrega agua de lluvia sin llenarlo hasta el borde, ya que la fermentación aumenta el volumen. Tapar el balde sin sellarlo para permitir que escapen los gases de fermentación.
Coloque el balde en un lugar protegido, ya que el proceso de fermentación de tres semanas puede producir olores desagradables. Durante este período, mezcle el contenido cada 3 o 4 días. Una vez que desaparezcan las burbujas y la espuma, lo que indica el final de la fermentación, su fertilizante estará listo. Dada su fuerza, se debe diluir en una proporción de 1:10 (una taza de fertilizante por diez tazas de agua) antes de su uso. Aplique esta mezcla diluida a su jardín cada tres semanas y pronto será testigo de los resultados de un suelo bien nutrido.