En un mundo donde el medio ambiente está cada vez más amenazado, es fundamental utilizar métodos sostenibles y respetuosos con la naturaleza para el mantenimiento de nuestro jardín. Desafortunadamente, no todos han renunciado aún al uso de fertilizantes químicos, a pesar de su impacto negativo en el medio ambiente. Estos productos son ricos en nitrógeno, fósforo, nitratos y potasio, pero contaminan las aguas subterráneas y el suelo, comprometiendo así la salud de nuestro planeta.
Afortunadamente, existen métodos alternativos, completamente naturales, que te permiten cuidar tu jardín sin recurrir a productos químicos o industriales. Además, estos métodos ahorran dinero y son mucho más respetuosos con el medio ambiente. Si cada uno de los siete mil millones de habitantes de nuestro planeta adoptara estos métodos, el impacto sobre el medio ambiente se reduciría considerablemente.
Fertilizantes naturales a base de cáscaras de huevo: ¿cómo hacerlo?
Como demuestra este sencillo tutorial, crear un abono natural está al alcance de todos. Sorprendentemente, uno de los ingredientes principales de este fertilizante es la cáscara de huevo, que a menudo se considera erróneamente como un desecho.
Receta de un abono 100% natural
Ingredientes :
- cáscaras de huevo
- Agua de cocción sin sal para verduras
Herramientas :
- regadera
- olla o sartén grande
Preparación :
- Pon a hervir una cacerola grande con agua sin sal y cocina las verduras que quieras en ella. No tires el agua de la cocción, guárdala.
- Rompa las cáscaras de huevo en trozos grandes y agréguelos al agua aún caliente. Déjalos en infusión.
- Cuando el agua se haya enfriado, déjalo en remojo durante unas horas más.
- Ahora puede utilizar esta solución para regar sus plantas y enriquecer la tierra de su jardín. Use una regadera, especialmente si el clima es húmedo.
- Repita el riego después de 4 semanas.
A retener
Es recomendable cocer las verduras en agua, ya que el agua absorbe todos los minerales de las verduras. Los minerales de las verduras y las cáscaras de huevo favorecen el crecimiento de las plantas de jardín. Evite agregar sal al agua, ya que la sal puede dañar el suelo y potencialmente matar las plantas. Recuerda, de hecho, que la sal actúa como un herbicida natural.
Este método no solo recicla dos subproductos de la cocina que a menudo se tiran, sino que también enriquece el suelo con minerales que son esenciales para el crecimiento de las plantas. Además, la ausencia de químicos en el fertilizante significa que no habrá impacto negativo en nuestro ecosistema.