Huevos en el jardín: ¿por qué enterrarlos en la tierra?

Si tienes un pulgar verde, puedes utilizar la mayoría de los trucos naturales para mantener tus plantas en buen estado de salud. La mayoría de estos métodos se centran en proporcionar a las plantas los nutrientes que necesitan para crecer y florecer rápidamente. Aquí es donde entran en juego diversos fertilizantes naturales para potenciar el crecimiento de las plantas.

Además de los abonos naturales caseros hechos con posos de café y cáscaras de plátano, puedes utilizar huevos como un increíble fertilizante para tus plantas. No tires un huevo crudo pasado de fecha, sino recíclalo en tu jardín para que tus plantas crezcan más deprisa.

Buenas razones para enterrar un huevo en el jardín

Si entierras el huevo en la tierra del jardín, se convertirá en un fertilizante natural que se esparcirá lenta pero inexorablemente para ayudar a crecer a tus plantas. Mientras que la cáscara de huevo tarda mucho tiempo en descomponerse en el compost, el huevo se desintegra mucho más rápidamente en la tierra. Sin embargo, puedes ayudar a que se descompongan más rápidamente haciendo un pequeño corte con un cuchillo.

Poco a poco, el huevo se descompone para proporcionar a la planta nutrientes esenciales. Tomates, limones y plantas aromáticas crecerán más rápidamente gracias a los beneficios nutricionales del huevo. La yema es una mina de nutrientes, mientras que la cáscara es rica en calcio para estimular el crecimiento de todas tus plantas. Además, estarán protegidas de las enfermedades. En un abrir y cerrar de ojos, tendrás plantas magníficas con hojas preciosas y raíces sanas.

¿Cómo funciona?

Es muy sencillo. Empieza por elegir el lugar adecuado para enterrar el huevo. Ya sea en tu huerto, balcón o terraza, hay un lugar para este original abono. Para las plantas en maceta, rellena el fondo de la maceta con unos centímetros de buena tierra para macetas. A continuación, coloca el huevo entero con su cáscara. Cúbrelo con tierra y siembra las semillas que desees cultivar. Utiliza un objeto afilado, como un cuchillo, para ayudarte a hacer los agujeros para las semillas. A continuación, riega regularmente para que el huevo se descomponga y nutra las semillas.

Si utilizas esta técnica para tu huerto, el procedimiento es el mismo, pero tienes que hacer un agujero más profundo para enterrar el huevo. Asegúrate. El huevo no desprenderá ningún olor desagradable al desintegrarse, ya que la tierra absorberá el ácido sulfhídrico.