¡Las 3 malas hierbas que no debes erradicar de tu jardín!

En nuestros jardines, una planta suele ser declarada maleza tan pronto como muestra tendencia a invadir. Desechado sin ceremonias, a menudo se lo considera inútil. Sin embargo, detrás de esta apresurada clasificación se esconden a veces tesoros insospechados. Lo invitamos a descubrir las tres “malas hierbas” más útiles y sorprendentes que podrían cambiar su perspectiva sobre estas plantas a menudo difamadas.

1. diente de león

También conocida como “diente de león”, esta planta es una de las más habituales en nuestros espacios verdes. A menudo relegado al rango de mala hierba debido a su propensión a colonizar nuestro césped, el diente de león está lleno de beneficios insospechados. De hecho, sus hojas son una mina de nutrientes esenciales como el betacaroteno y las vitaminas B6, B9 y C, sin olvidar su riqueza en antioxidantes, minerales y oligoelementos.

Para los amantes de la comida, los brotes tiernos de diente de león, cosechados antes de la floración, son perfectos para adornar una ensalada. Los botones florales, por el contrario, se pueden freír o conservar en vinagre. Por último, las raíces tostadas y trituradas pueden ser un sustituto del café de lo más sorprendente.

2. Plátano Mayor

El plátano mayor, que se encuentra comúnmente a lo largo de caminos o al pie de muros, es famoso por su resistencia y su naturaleza invasiva. Sin embargo, esta planta contiene muchos beneficios. Sus hojas tiernas son ricas en vitaminas (A, C, K) y minerales (calcio, fósforo, hierro, etc.). Incluso las hojas más maduras, aunque ligeramente amargas, siguen siendo comestibles.

3. La Portulaca Oleracea

Portulaca oleracea, o verdolaga, es una mala hierba de jardín clásica, reconocible por sus hojas carnosas y tallos rastreros. Sin embargo, merece toda nuestra atención gracias a su riqueza en oligoelementos como el potasio, el magnesio, el calcio o el fósforo. Sus hojas también son conocidas por su alto contenido en vitaminas B2, B3 y C, además de omega-3.

En lugar de arrancarla sin pensar, ¿por qué no incluir la verdolaga en tu dieta? Los tallos, hojas y flores se pueden preparar en ensaladas o saltear en una sartén para realzar tus platos con un toque inesperado de frescura.

En conclusión, antes de apresurarnos a juzgar una planta como una mala hierba, tomemos el tiempo para descubrir sus múltiples facetas y los tesoros que puede contener. Quién sabe, tal vez su próximo descubrimiento en el jardín sea una revelación culinaria inesperada.