Alguna vez has intentado mezclar bicarbonato de sodio y miel? Una vez que hayas probado esta mezcla, nunca comprarás un montón de productos que antes pensabas que eran indispensables.
Comencemos diciendo que el bicarbonato de sodio es un gran aliado en la limpieza del hogar; Hemos publicado numerosos artículos sobre este tema. En resumen, sus propiedades ligeramente abrasivas y su función higienizante lo hacen poderoso para desinfectar cualquier superficie, disolver incrustaciones, pulir cubiertos y metales. Además, tiene una cualidad inesperada, aunque no tiene ningún tipo de fragancia, es un desodorante eficaz si se vierte por los desagües, por ejemplo. De hecho, es capaz de neutralizar los malos olores sin taparlos, simplemente evaporándolos.
En definitiva, con su ayuda, podemos evitar comprar detergentes desengrasantes, abrillantadores, antical y quitamanchas. Por ejemplo: si una tela está manchada, intente tratarla previamente con una pasta a base de agua y bicarbonato de sodio. Déjalo reposar y luego continúa con tu lavado habitual.
El segundo ingrediente, la miel, es conocido por ser un antifúngico, lo que la hace perfecta para combatir cualquier tipo de infección. Y de nuevo: tiene cualidades altamente emolientes y nutritivas, por lo que también hidrata las superficies, especialmente las de madera. Obviamente, entonces, es una panacea para nuestro cuerpo, tanto desde el interior como desde el exterior.
A partir de aquí ya se puede entender el valor de esta mezcla.
Pero veamos en detalle lo que podemos lograr.
Mezclo bicarbonato de sodio y miel y obtengo maravillas: ¡esta mezcla es increíble!
Deje los productos para pulir madera en el armario, a menudo contienen sustancias nocivas y tóxicas. Por no hablar de que a menudo prometen grandes actuaciones, pero no cumplen su palabra y los resultados son decepcionantes en comparación con las expectativas. Evita la raíz del problema y no los compres más.
Existe un remedio natural realmente eficaz, capaz de nutrirlo y hacerlo realmente hermoso.
Poner una cucharada de miel, dos cucharadas de bicarbonato de sodio en un bol pequeño y una gota de zumo de limón, emulsionarlos con cuidado para distribuir bien todos los granos. Ahora toma un trapo limpio, humedécelo con un poco de agua al vapor y sumérgelo en la solución que acabas de hacer. Por último, pásalo por los muebles de madera y disfruta del resultado.
Si, por el contrario, quieres cuidar tu belleza, así como la de la casa, sustituye el zumo de limón por una cucharadita de azúcar moreno y esparce esta emulsión por el rostro: ¡elimina los puntos negros y haz un exfoliante eficaz para combatir el envejecimiento y suavizar las líneas de expresión! Déjalo puesto como lo harías con una máscara. Relájese y espere al menos un cuarto de hora antes de retirarlo con un paño empapado en agua tibia.
¡Disfruta de un rostro más brillante, exfoliado y nutrido!
Brillante, ¿verdad?!?