Orquídea, sólo con este consejo los horticultores consiguen mantenerla viva muchos años

Para tener una orquídea exuberante y saludable, sólo necesitas implementar un método simple, esto es lo que es.

Exuberante Orquídea La planta de orquídea, como cualquier planta, requiere cuidado y atención para que dure mucho tiempo. Para tener orquídeas sanas y robustas, puedes utilizar ciertos métodos naturales. Con los cuidados adecuados es posible tener orquídeas con raíces y hojas jóvenes durante todo el año.

Existe un método asiático muy sencillo para desarrollar raíces fuertes y hojas nuevas para las orquídeas. Para saber cómo devolverle la vida a una orquídea, le sugiero que lea las instrucciones proporcionadas.

Características de las Orquídeas Las orquídeas, símbolo de belleza y sensualidad en el lenguaje de las flores, son flores hermosas y elegantes. Esta hermosa flor de origen tropical y subtropical también está muy extendida en Italia. Lo que distingue a estas flores son sus hojas carnosas y flores de varios colores.

En el mercado están especialmente extendidas tres especies de orquídeas, como la famosa orquídea mariposa o Phalaenopsis. Crecen bien en un apartamento, a una temperatura de unos veinte grados, en lugares luminosos y húmedos y nunca bajo la luz solar directa.

Una orquídea sana florece dos veces al año, pero hay que fertilizarla durante todo el año. En cuanto al riego, sólo debes regarlas cuando estén completamente secas. Al ser plantas delicadas que crecen en suelos blandos, hay que tener cuidado de no regar nunca en exceso.

Devolver la vida a una orquídea Para devolverle la vida a una orquídea, para hacerla crecer vigorosamente y con raíces sanas y robustas, se puede seguir un método utilizado por los asiáticos. Para empezar, simplemente toma una planta de orquídea y limpia las raíces de la tierra para macetas. Luego, utilizando unas tijeras, debes cortar todas las raíces. En este punto, después de quitar cada raíz a mano, es necesario quitar las hojas sobrantes, de modo que solo quede intacto un tallo central.

Después de lavar y secar cuidadosamente las hojas restantes con un algodón, es necesario tomar el ajo y exprimirlo en un mortero. A continuación se debe colocar el ajo machacado en el fondo de un recipiente de cristal. Agrega agua al ajo y luego cuélalo en otro recipiente. Luego se debe colocar la orquídea en una olla pequeña, en la que se debe verter aproximadamente un tercio del jugo de ajo.

Después de dejar la pequeña orquídea en el jugo de ajo durante unos veinte minutos, se debe dejar secar la planta en un vaso vacío. Mientras tanto, debes tomar una pequeña botella de plástico y cortar la parte superior para obtener un vaso de plástico. Luego, en el fondo del vaso obtenido, deberás colocar la parte superior de la botella o el cuello.

Dentro del cuello de la botella pequeña se debe colocar la raíz de la pequeña orquídea. Luego agrega agua para no mojar las raíces. El agua del fondo se evaporará con el tiempo y mantendrá la humedad adecuada. Cada dos días, debes rociar un poco de agua sobre la pequeña planta de orquídea dentro de la botella y, dentro de un mes, desarrollará rápidamente raíces y hojas nuevas, sanas y resistentes.

Consejos para las orquídeas Las orquídeas siempre deben plantarse en macetas transparentes, ya que su sistema radicular necesita mucha luz para desarrollarse. Las macetas adecuadas para orquídeas son aquellas que garantizan la máxima oxigenación y aireación.

Las orquídeas se deben regar sumergiendo su maceta en un recipiente con agua. Dado que las orquídeas no toleran el cloro, es mejor rociarlas y regarlas con lluvia o agua destilada.

Lo mejor es colocar la orquídea en lugares húmedos como el baño, la cocina o un invernadero. Para que una orquídea dure es necesario nunca exponerla a la luz solar directa, evitar el exceso de agua y cortar con cuidado las raíces.

Para volver a florecer una orquídea, simplemente administre fertilizante y agua con la frecuencia adecuada, revise y limpie las hojas regularmente con un paño o algodón. Es muy importante conservarlos en un lugar bien ventilado y a una temperatura que no supere los veinte grados.