Papel higiénico: ¡no lo uses más! ¡La razón importante por la que muchas personas ya están haciendo esto!
Probablemente lo hayas pensado al menos una vez en tu vida: ¿cómo se hacía antes de que inventaran el papel higiénico? No es una pregunta baladí, sobre todo teniendo en cuenta el hecho de que se trata de una invención de “sólo” hace unos 180 años. A mediados del siglo XIX, fue el estadounidense Joseph Gayetty quien ideó este tipo de papel que era útil después de la evacuación. Hoy en día parece imposible suponer que un baño pueda carecer de papel higiénico, pero antes de eso era la norma. Por el contrario, Gayetty incluso tuvo que convencer a muchas personas para que establecieran su invento primero en el mercado estadounidense y luego en todo el mundo. Sin embargo, también es cierto que después de tantos años es posible evaluar completamente la situación y no debería sorprender que muchos estén abandonando este producto. Aquí están los detalles.
Papel higiénico: ¿es mejor no usarlo?
El tema es bastante complejo y se ha extendido cada vez más en los últimos tiempos. El papel higiénico es un producto que se fabrica con un impacto significativo en el medio ambiente: especialmente el papel más blando del mercado, tiene un alto porcentaje de fibras vegetales nuevas. El resto es casi en su totalidad celulosa: hay papeles higiénicos hechos de papel reciclado in toto, pero son particularmente ásperos. Además del impacto en el medio ambiente, hay que decir que este producto también debe abandonarse o usarse con moderación por otra razón.
No debe considerarse un producto que asegure una higiene total. La única forma de eliminar los gérmenes y las bacterias es usar agua y jabón, preferiblemente suave. Esta es la única manera de garantizar la limpieza de las partes íntimas y evitar el riesgo de irritación. Por lo tanto, el uso del papel por sí solo no es suficiente.
Un secreto para la nevera
Además del uso común, el papel higiénico también se puede usar para un truco especial que involucra el refrigerador. De hecho, todo lo que necesitas hacer es colocar un rollo de papel higiénico en una mezcla hecha con agua o limones y un poco de bicarbonato de sodio. Después de limpiar bien la nevera, coloque este rollo empapado en los ingredientes mencionados y déjelo en el aparato durante varias horas. De esta forma, conseguirás absorber todos los olores del interior: si no tienes espacio, corta el rollo por la mitad y colócalo en un rincón de la nevera. El resultado será muy interesante. ¡El método realmente funciona! Por otro lado, el bicarbonato de sodio absorbe y desinfecta.