Si te sobran naranjas en casa y quieres comer una como snack, ¡te desvelamos el truco para reutilizar la piel! Fácil y rápido de obtener un fertilizante completamente natural.
Si tienes naranjas, mandarinas y limones en casa ¿por qué no utilizar las cáscaras para preparar un abono casero completamente natural para tus plantas? El procedimiento es realmente muy sencillo pero recuerda siempre una cosa: para elaborar este abono es necesario que la fruta cuya piel cogerás no haya sido tratada y debe ser estrictamente ecológica. Empezamos cogiendo nuestras cáscaras y guardándolas en una bolsa.
Cuando hayamos acumulado una cantidad importante (no más de unos días) comenzamos la fase de secado. Para ello podemos optar por secarlas al aire libre exponiéndolas a la luz solar directa o utilizar el horno y cocinarlas durante unas horas a 100°C hasta que. Si elegimos el segundo método, lo único que tendremos que hacer será disponer las pieles en una bandeja de horno, meterlas en el horno y mantener la puerta ligeramente abierta durante la cocción para que salga todo el vapor. Para ello podemos utilizar una cuchara de madera colocándola entre la puerta y el cierre del horno.
Normalmente tardará entre 4 y 6 horas. Para evitar que este proceso consuma demasiada energía, sugerimos secar tantas cáscaras como sea posible en total para que solo tengas que repetir el proceso una vez cada varios meses y no con frecuencia. Ahora, una vez secas las cáscaras, podemos ponerlas en la batidora. Nosotros usamos uno eléctrico, pero si también tienes un mortero en casa, puedes usarlo fácilmente. Una vez reducidas a migajas, pásalas por un colador. De esta forma separaremos el polvo creado de los trozos que aún no han sido bien picados. Vuelve a ponerlos en la licuadora. Ya podemos trasvasar el polvo obtenido a un recipiente de vidrio hermético y utilizarlo como fertilizante para plantas o para semillas recién plantadas.