¡Cultiva tomates increíbles rápidamente incorporando estos 5 ingredientes a tu tierra!
¿Está ansioso por cultivar tomates sabrosos y abundantes en su propio patio trasero? ¡Estás de suerte! Los tomates de cosecha propia ofrecen una experiencia de sabor incomparable en comparación con las variedades suaves compradas en las tiendas. La frescura y jugosidad de los tomates de cosecha propia realzan cualquier plato, convirtiéndolos en una valiosa adición a cualquier jardín.
Pero, ¿cómo puedes asegurarte de que tus tomates alcancen su máximo potencial? Descubra estos 8 fertilizantes naturales que nutrirán sus plantas de tomate y producirán frutos hermosos y sabrosos:
- Bicarbonato
Mejora la dulzura de tus tomates espolvoreando una pequeña cantidad de bicarbonato de sodio alrededor de la base de tus plantas. A medida que se absorbe en el suelo, el bicarbonato de sodio reduce los niveles de acidez, lo que da como resultado tomates más suaves y dulces.
- cabezas de pescado
Aproveche una antigua práctica de jardinería utilizando cabezas de pescado como fertilizante. Ricas en nitrógeno, potasio, calcio y fósforo, las cabezas de pescado promueven un fuerte crecimiento y sabor del tomate. Para evitar que los bichos los molesten, entierre las cabezas de pescado al menos a 30 cm de profundidad en el suelo o cree un fertilizante casero infundiendo los restos de pescado en una mezcla de agua y leche.
- Aspirina
Mejore la salud y la inmunidad de sus plantas de tomate agregando 2 o 3 tabletas de aspirina al hoyo de plantación. El ácido salicílico de la aspirina protege de enfermedades como el tizón tardío, asegurando un crecimiento vigoroso de las plantas y mayores rendimientos.
- Cáscaras de huevo trituradas
Suministre calcio esencial a su suelo incorporando cáscaras de huevo trituradas en el hoyo de plantación o esparciéndolas alrededor de las plantas de tomate existentes. Un exceso de calcio promueve la maduración de las flores de tomate, lo que da como resultado rendimientos más abundantes.
- Sal de Epsom
Combata la deficiencia de magnesio en las plantas de tomate agregando 1 o 2 cucharadas de sal de Epsom al suelo durante la siembra. Asegúrese de que las raíces no entren en contacto directo con la sal cubriéndolas con una fina capa de tierra.