LIMONES QUE CUELGAN DEL ÁRBOL, ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?
Los limones, de color amarillo intenso, representan el cítrico perfecto, ofreciendo una combinación de propiedades y beneficios excepcionales. Concentrado de vitaminas y sales minerales, con un sabor picante que en cierta manera identifica la tradición italiana en el mundo. Excelente para el bienestar del cuerpo, para la limpieza de la casa o para ser protagonista de muchas preparaciones culinarias. Siempre surge una pregunta: ¿podemos dejar los limones colgados del árbol o no?
Los limones, incluso en el árbol, son estéticamente apreciados por su belleza. ¿Pero qué dicen los expertos al respecto? ¿Está bien dejar limones colgados del árbol o no?
Las plantas, ya sea en el jardín o en el balcón, llevan a muchas personas a plantearse esta pregunta por el bien de los cítricos y de la propia planta. Los horticultores expertos querían dar una respuesta definitiva.
Los limones maduran durante un período de tiempo muy largo, hasta nueve meses. Mientras tanto, los cítricos absorben agua y todos los nutrientes necesarios para volverse sabrosos y jugosos. Además, su color amarillo se intensifica gracias a los rayos del sol. La planta conserva el fruto hasta la cosecha, sin impedir una nueva floración y posterior producción.
Evidentemente, una vez maduras hay que recolectarlas para evitar el proceso de degradación. En este punto, se caerán del árbol o ya no serán comestibles. Esto significa que la piel se vuelve gruesa y la pulpa se deshidrata por completo. Este es un proceso inevitable porque la propia planta necesitará de esta agua para su mantenimiento.
¿Cuándo cosechar limones?
Si tienes un limonero, necesitarás cuidarlo durante todo el año. Es una planta que requiere agua y cuidados, para poder cosechar sus frutos durante el periodo indicado. En general, los niveles de maduración pueden variar a lo largo del año. La primera cosecha se realiza en abril y mayo. Generalmente es abundante y de buena calidad. Algunos todavía tienen la piel áspera y desigual.
Se puede optar por una segunda cosecha en julio, con piel lisa y redonda, para luego llegar a la última cosecha en agosto o septiembre como tarde. En esta época del año los frutos son pequeños y sin semillas.
En cualquier caso, es importante seguir las normas impuestas por la naturaleza para el bienestar de los cítricos y de la propia planta.