Suelo húmedo y pleno sol: cómo cultivar margaritas

Cultivar la margarita: símbolo de primavera y sentimientos

La margarita, conocida por su crecimiento espontáneo en diversos suelos, es un encantador heraldo de la primavera. Más allá de su atractivo estético, tiene características intrigantes que la convierten en algo más que una simple flor. Clasificada en la familia Asteraceae o Composite, la margarita comprende una inflorescencia de pequeñas flores en forma de tubo que atraen a varios insectos para ayudar en la polinización.

Además de su importancia botánica, la margarita tiene un peso histórico y simbólico. Es famoso por ser la figura central del clásico juego de “Él me ama, él no me ama”, una tradición que se remonta a la Edad Media. Durante esta época, las mujeres jóvenes usaban margaritas para aceptar o rechazar pretendientes. Si adornaba el escudo de armas de un pretendiente, indicaba aceptación; en caso contrario, si se colocaba sobre la cabeza de la mujer, indicaba dudas sobre la propuesta.

Cuenta la leyenda que este ritual se remonta a Margarita de Provenza, quien consideraba las margaritas como oráculos en tiempos de incertidumbre sentimental. Su hermano le regaló las flores para conocer el destino de su marido, Luis IX de Francia, cautivo de los sarracenos. La consulta de Margaret con las margaritas continuó hasta el regreso de su marido, mostrando su devoción. Impresionado, el rey incorporó tres margaritas plateadas al estandarte de la casa.

Margaritas en crecimiento:

Descripción: La margarita, que aparece a menudo en los dibujos infantiles, tiene un tallo erecto de apariencia sinuosa, hojas escasas y una “cabeza de flor” amarilla adornada con numerosos pétalos blancos.

Variedades: Como planta perenne, las margaritas pertenecen a dos géneros dentro de la familia Asteraceae: Leucanthemum, que incluye la clásica margarita (Leucanthemum vulgare), y Bellis, que incluye la perenne Bellis, también conocida como “pratolina” o margarita de pradera.

Cultivo y Cuidado:

Exposición: Las margaritas prosperan a pleno sol, pero también se pueden plantar en sombra parcial sin comprometer su desarrollo.

Suelo y fertilización: Las margaritas florecen en varios suelos, con preferencia por los suelos ligeramente calcáreos. Mantener un suelo constantemente húmedo y bien drenado es fundamental. Para la fertilización se recomiendan productos orgánicos o abonos granulados de liberación lenta y con alto contenido en potasio, especialmente a principios de primavera.

Riego: Las margaritas requieren riego frecuente: tres o cuatro sesiones semanales en primavera y riego diario en verano. Durante el período de reposo vegetativo, reducir los riegos a una vez cada dos semanas, asegurando que el suelo esté seco antes de regar.

Poda: Se necesita una poda mínima para las margaritas. Simplemente retire las partes deterioradas para mantener su salud y apariencia.

Enfermedades y plagas: las margaritas son generalmente resistentes, pero pueden existir diferencias entre géneros. El género Bellis suele ser menos susceptible a enfermedades y plagas, mientras que el género Leucanthemum puede tener problemas con pulgones o caracoles.