Aumente el rendimiento de su planta de tomate hasta en un 30% con esta sencilla técnica. Sorprendentemente eficaz, implica aprovechar el potencial de crecimiento natural de las plantas de tomate. Este método, que se dirige específicamente a los brotes auxiliares, comúnmente conocidos como “niñas”, que generalmente se podan, es más adecuado para plantas de tomate cultivadas verticalmente sostenidas por estacas o bastones.
Las variedades de tomate indeterminadas, que continúan produciendo frutos hasta la primera helada, son las que más se benefician de este enfoque. En lugar de eliminar los brotes auxiliares, permitir que se conviertan en tallos completos con hojas, flores y frutos aumenta significativamente la cosecha. Sin embargo, la moderación es clave; abarrotar la planta con demasiados brotes puede dificultar la circulación del aire y la estabilidad.
Si bien esta técnica amplifica el rendimiento, también exige un mayor suministro de nutrientes debido al crecimiento adicional. En consecuencia, mantener un enfoque equilibrado reteniendo selectivamente algunos brotes y eliminando otros garantiza una salud y productividad óptimas de las plantas.
Para quienes buscan métodos adicionales para mejorar el crecimiento de las plantas de tomate, los fertilizantes naturales ofrecen una solución sostenible. Opciones orgánicas como estiércol procedente de granjas no industriales, cenizas de madera ricas en minerales esenciales o una solución líquida rica en nutrientes derivada del café o del agua de cocción de vegetales pueden complementar esta técnica de impulso del crecimiento. Estos fertilizantes, abundantes en nitrógeno, fósforo y potasio, proporcionan nutrientes esenciales vitales para el desarrollo robusto de las plantas de tomate.