Nariz tapada, secreción nasal, ataques de estornudos, picazón o enrojecimiento y lagrimeo en los ojos… Con síntomas tan desagradables que padecemos a diario, muchos alérgicos empiezan a temer la temporada del polen. Y aunque siempre es posible recurrir a remedios naturales para aliviar los síntomas o calmar la conjuntivitis alérgica, sigue siendo preferible la prevención para evitar el más mínimo malestar. Todos hemos oído que consumir miel orgánica local puede prevenir los síntomas de alergia y desensibilizarlo a la hierba. ¿Pero es realmente cierto? La abuela arroja luz sobre este mito.
¿En qué se basa esta creencia?
El uso de miel local como medida preventiva se basa simplemente en los principios de la inmunoterapia. Se cree que debido a que las abejas recolectan polen de las plantas locales, su miel contiene polen. Por lo tanto, el consumo diario de miel desensibilizaría naturalmente a las abejas, reduciendo así el riesgo de fiebre del heno. Según esta teoría, se debería empezar a consumir miel local como remedio dos meses antes del período de alergia y continuar hasta el final del período crítico.
Miel para desensibilizar las alergias: teoría versus realidad
En realidad, aunque la miel contenga polen, no es necesariamente el polen al que somos alérgicos. De hecho, las abejas tienden a recolectar polen de flores y plantas poco alergénicas y no de árboles, brotes, pastos y otras malezas que con mayor frecuencia causan rinitis alérgica.
Además, la cantidad de polen presente en este alimento no es suficiente para entrenar al sistema inmunológico para que reaccione mejor en presencia del alérgeno. Cabe recordar que para desensibilizar a un paciente, el sanitario trabaja con dosis precisas y suficientes. Estas mismas dosis luego se aumentan con el tiempo para mejorar la tolerancia del organismo alérgico y permitirle que ya no reaccione en presencia del alérgeno. Sin embargo, el polen de la miel sólo está presente en pequeñas cantidades, lo que no es suficiente para tener efecto sobre la alergia.
Finalmente, muchos sitios que presentan este consejo afirman que estudios científicos han confirmado su eficacia. Sin embargo, rara vez citan los estudios en cuestión, lo que plantea dudas sobre la gravedad de estas afirmaciones. Recordemos que ya en 2002 un estudio realizado durante varios meses concluyó que este remedio natural era ineficaz. ¡Este estudio se puede consultar aquí!
Entonces, ¿cómo podemos protegernos de las alergias si la miel no funciona?
El primer paso es contactar con su médico de familia o alergólogo. Luego se le recomendará que tome antihistamínicos que no sean para dormir (¡algunos también están disponibles en las farmacias!) y corticosteroides nasales. También puedes optar por un tratamiento completo de inmunoterapia con un profesional para controlar mejor tus síntomas en el día a día.
También hay que tomar algunas precauciones a diario para protegerse durante los períodos críticos, como evitar salir durante los picos de polen más importantes, consultando el sitio web de la RNSA. Utilizar una aspiradora con filtro HEPA te será muy útil en tu día a día para mantener tu interior. También puedes adaptar tu dieta para hacer tus necesidades con alimentos bien elegidos.
Además, no escatimes en gafas, gorros, pelo recogido y, a ser posible, mascarilla para protegerte al máximo. Después de una salida, recuerda quitarte los zapatos y cambiarte rápidamente (tu ropa y zapatos están cubiertos de polen que no quieres que entre en tu pequeño capullo), y date una ducha nocturna para eliminar el polen antes de acostarte. Y si no puedes lavarte el cabello con champú todas las noches, al menos cepilla bien tu cabello para evitar dejar hierbas en las almohadas. En cuanto a secar la ropa al aire libre, ¡olvídalo!