¿Alguna vez te has preguntado por qué los tomates se vuelven negros en las puntas? El misterio está resuelto. Simplemente te revelamos que no es por falta de agua. Aquí está la verdadera razón.
Cómo mantener adecuadamente las plantas de tomate: Es imposible no amar los tomates. Su sabor fuerte pero suave es apreciado por los amantes de la comida de todo el mundo. Italia es uno de los países que más produce, importa y exporta estas deliciosas frutas que se consumen principalmente en verano.
Si tienes la oportunidad de cultivar una planta de tomate en maceta o en el jardín, te recomendamos que lo hagas: siguiendo algunos consejos podrás disfrutar de este producto increíblemente sabroso de tu huerto durante toda la temporada de verano.
Pero ¿cómo se cuida una planta de tomate? Hay cierta información que es absolutamente necesario saber. Para que crezca correctamente y obtenga muchos frutos, debes:
- Riega la planta cada dos días.
- Plantéelo en un suelo húmedo y bien drenado para que las raíces arraiguen bien.
- Expóngalo a una zona muy luminosa.
- Pódalo con frecuencia cortando los cogollos que crecen debajo de las hojas y el tallo.
- Enriquece el suelo con fertilizantes naturales si notas que a tu planta le cuesta crecer.
Si notas que tu planta de tomate no está creciendo adecuadamente, no solo si produce pocos frutos sino sobre todo si empiezan a ponerse negros en las puntas, probablemente el motivo sea una deficiencia de calcio, nutriente esencial para la fructificación. Esto no se debe a la falta de agua.
¿Por qué los tomates se vuelven negros en sus extremos? Quizás hayas notado que no todos los tomates son iguales. Ciertamente, existen diferentes variedades que definen la forma, color y sabor del fruto.
Sin embargo, definitivamente hay algo que une a todos los tomates independientemente de su variedad: el color negro que suele aparecer en sus puntas. ¿A qué se debe este curioso fenómeno? ¿Por qué ocurre? Respondamos estas preguntas.
La razón principal por la que los tomates se vuelven negros en las puntas es: una deficiencia de calcio que falta entre los nutrientes del suelo. La ausencia o cantidad insuficiente de este nutriente necesario para la fructificación se manifiesta por necrosis en la parte inferior del fruto (la punta, para ser claros) y por pudrición interna que hace que el tomate sea claramente no comestible.
Dicho esto, podemos descartar que la coloración negra en la punta no se deba a falta de agua. Al menos no del todo. También necesitamos hacer una especificación al respecto.
Las plantas deben absorber el calcio, que está presente en un suelo bien fertilizado, para crecer sana y vigorosamente. Todos los nutrientes de la planta son absorbidos por las raíces que, a su vez, los absorben del sustrato del suelo en el que, entre las diversas sustancias nutritivas, también se encuentra el calcio.
¿Qué pasa si riegas demasiado o muy poco una planta de tomate? Dos consecuencias:
- Si riegas demasiado la planta, sus raíces se ahogan y no pueden absorber los nutrientes más importantes como el calcio.
- Si riegas muy poco la planta, las raíces no crecerán y no absorberán los nutrientes, incluido el calcio.
Por eso es más correcto decir que los tomates se vuelven negros en las puntas porque no pueden absorber el calcio como deberían, pero también por un riego incorrecto.
¿Es posible resolver este problema? La respuesta es sí. Cómo ? Integrando calcio en el suelo. La integración se puede realizar ya sea fertilizando el suelo con suplementos que contengan este nutriente esencial para la planta, o utilizando ingredientes naturales.
La leche, por ejemplo, que es una bebida rica en calcio, puede ayudar a que la planta absorba la cantidad adecuada de este nutriente. Vierte 250 ml de leche en un litro de agua y riega la tierra y las hojas de la tomatera.
También puedes utilizar leche en polvo si lo prefieres. En este caso espolvorear generosamente sobre el sustrato y luego proceder a regar la planta.
Sin embargo, según algunos estudios, existen otras causas responsables de la necrosis apical, también llamada punta negra, entre ellas un crecimiento demasiado rápido de la planta después de haber recibido demasiado nitrógeno o un drenaje deficiente del agua.
La solución para solucionar todos estos problemas es, por tanto, nutrir el suelo con suplementos naturales de calcio, pero sobre todo prestar atención al riego: hay que evitar el estrés hídrico.